VIAJES EN MOTO EN 15x30: GUYANAS 2018, 1ra etapa. Cocachimba-Tingo Nuevo, 06 de julio 2018

Anoche fue una noche mágica. Después de llegar a Cocachimba e instalarme en el Gogta Miradors a donde llegue porque al parar en el parque de Cocachimba a preguntar justo me atendió Edner, un joven de la zona que junto a su esposa Elianne acaban de arrancar un emprendimiento de hoteleria. El lugar es sencillo pero con todo lo necesario y la atención de primera. Están comenzando y pronto tendrán todo a punto. Los pueden ubicar en las redes como Gogta Miradors, tal cual el nombre. Bueno, la nota fue que me di un baño y salí caminando al restaurante a comer algo. El camino esta poco iluminado y lleve mi linterna. Por un rato apague la linterna y camine a oscuras y en ese breve momento sin luz, mis pupilas se adaptaron y pude ver el cielo mas estrellando que en visto en años. No tengo fotos, no es fácil hacer fotos de este tipo con celulares o cámaras de aficionados, pero la foto que llevo en mi disco duro, es única. Todavía me emociono de solo recordarlo. De regreso en el balcón del hotel mientras seguía observado las estrellas titilando, pude observa algunas estrellas fugases, una fue tan brillante que ilumino el lugar por un segundo. Magia celestial.

El Gogta Miradors. Se me paso tomarme una foto con Edner y Elianne

La burra bajo la sombra

Cocachimba es un pequeño pueblo de unas pocas casas, pero es la entrada a la Catarata de Gogta. Esa es una de las razones de mi visita a esta parte de Perú. Desayune junto a unos señores peruanos, William Gasco y Diego Peralta, ellos amigos de la infancia paseando por su país. Nos pusimos de acuerdo y a las 7 de la mañana ya estábamos en camino. Hay que pagar una entrada de 10 soles para acceder al lugar, nada en comparación con los que ves y disfrutas. Son unos 5 km de ida y otros tantos de vuelta y la caminata es un bajar y subir constante hasta llegar a la laguna que forma la caída de agua. El camino va por el bosque por momentos cubierto de vegetación y otros no. Un verdadero espectáculo de inmersión con la naturaleza. La catarata se puede observar desde el hotel y desde varios puntos del camino, eso te va preparando para el momento del encuentro. Pero nada en realidad te prepara para la maravillosa vista cuando la tienes enfrente y sientes las microgotas cayendo en tu cara. Esto si que es verdadera magia que te llena de energía y eso que por ser verano el caudal de agua está bajo, no me lo imagino en invierno. De regreso paramos donde el señor Humberto y su esposa Reinalina, habitantes de la zona y que atienden a los turistas en su casa. Unos tamales y huevos fritos, un rico café y azúcar morena todo de producción propia de su parcela y orgánico. Broche de oro para cerrar esta caminata que resulto ser un excelente ejercicio.

Espectacular vista desde el hostal

Vistas del valle y el encañonado

Donde Don Humberto y Doña Reinalina pero de bajada

Cañón del río

Las montañas tienen parecido a los tepuyes del Roraima en Venezuela

Con la cascada a mi espalda

Ahora a mis pies

Debajo de la caída de agua, tocó usar impermeable para no mojarse

Recargando energía antes de la subida de regreso

Doña Reinalina sirviéndonos un traguito de puro con maíz morado. Hecho en casa, como todo

Con mis nuevos amigos William y Diego al centro

Piedras con huellas de conchas marinas, muestra de que estas montañas fueron lecho marino en algún momento

Luego de un baño ya siendo las 12 del medio día salí en dirección a Karajía, para ver los Sarcófagos de Karajía, ataúdes con forma humana de la cultura Chachapoya de hasta 2,5 mt. de alto y que se encontraron colocados en las laderas de la montaña. Otra vez los problemas jugaron en contra, la vía de acceso esta cerrada por trabajos y la otra vía posible transformaba un viaje de 20 minutos en otro de 2 horas de ida y otras 2 de vuelta. Será en otra ocasión.

Carreteras con techo. Foro a la carrera antes de pase algún camión

Con este problema puse dirección a Chachapoyas solo para llevarme otra decepción. El centro de la ciudad, es decir la plaza de armas y las cuadras adyacentes están en reconstrucción. No permiten la entrada en vehículos en esa zona que es donde están ubicados los hoteles. Averiguando me entero que kuélap, el otro sitio que vengo a conocer se encuentra a unos 60 km +/- en camino a Cajamarca, es decir mi ruta de mañana. Así que dadas las circunstancias solo queda decir adiós a la ciudad de Chachapoyas y seguir no mas.

Puse rumbo a Tingo Nuevo, lugar de donde se toma el teleférico para subir a la Fortaleza de Kuélab, una monumental construcción en piedras de la cultura Chachapoya ubicada a 3.000 msnm. La cultura Chachapoya es una de las tantas culturas Preincaicas que existieron en Perú. Para tomar esta carretera toca salir de Chachapoyas hacia Cocachimba por unos 10 km para tomar el desvío hacia Leymebamba. La carretera es muy angosta y esta muy deteriorada en la carpeta asfáltica, por lo que hay muchos tramos intercalados de carpeta asfáltica y otros con lastre o tierra afirmada. Por su puesto que tiene muchos huecos y mucho polvo. Son 50 km desde el desvío y siempre a los lados de la carretera va serpenteando un río.

Daños remanentes del reciente invierno. Aquí pare por 15 minutos

Para colmo de males y para cerrar el día, Bélgica elimina a Brasil del Mundial de Rusia, solo faltaba eso, jajajajajajaja. Que bueno que el fútbol ha dado un salto impresionante en calidad a nivel mundial. Ya no hay equipo chico.

Hoy fue un recorrido corto, salí a las 12 de Cocachimba y llegue a Tingo Nuevo a las 4:30 de la tarde después de recorrer 91 kilómetros. Un día ambivalente, mucha satisfacción en la mañana y algo de frustración en la tarde. Creo que de eso se trata la vida. Por cierto el pueblo se llama Tingo Nuevo porque hace unos 25 años un aluvión se llevo por completo el pueblo de Tingo. Hoy parte de Tingo Viejo ha sido reconstruida.