15 de octubre de 2011

- San Pedro de Atacama 13 de octubre 2011

Jueves 13 de octubre, estamos en San Pedro de Atacama. A pesar que hoy es "día de descanso" estamos parados desde las 4 de la mañana para prepararnos ya que nos vienen a ver en bus para ir a los Geiseres del Tatio. El Tatio es un campo geotérmico conformado por una cantidad de geiseres y fumarolas ubicado en el Parque Nacional Los Flamengos en las estribaciones de los Andes Chilenos y Bolivianos a 95 kilómetros de San Pedro y a una altura de 4.300 msnm. Se llega por una carretera de tierra en buenas condiciones y para poder apreciar el campo en plena actividad, es necesario estar allí entre 6 y 7 de la mañana para observar el espectáculo. La temperatura del lugar a primeras horas es muy baja, a la hora que llegamos estaba a menos 10 grados centígrados y la mínima fue de 12 grados mientras estuvimos allí. La sensación térmica llego a menos 14 grados. El Tatio o Tata Iu, abuelo que llora en lengua Kunza como se le conoce al geiser, es uno de los principales atractivos turísticos de San Pedro y es visitado por mas de 40 mil personas al año.

                Geiseres del Tatio en los Andes, del otro lado de la montaña esta Bolivia

                                             Elito calentandose un poco con el vapor

                           Haciendo lo mismo, calentándome para no congelarme

En el campo geotermico existe una pequeña planta de generación eléctrica que usa la energía térmica como fuente, sin embargo las perforaciones produjeron daños en los geiseres y fumarolas que son el foco de atracción y se suspendió su uso. En las perforaciones se pudo constatar que en el área existe reservas de oro, cobre y uranio, pero las comunidades de la zona no han aprobado los proyectos de explotación y han preferido mantener el sitio tal como esta ahora. El lugar también cuenta con una piscina para que los valientes puedan darse un baño en el lugar, nosotros pasamos esta, ya nos estábamos congelando con la ropa puesta por lo que no quisimos arriesgar.

             El antiguo equipo de generación eléctrica mediante el uso de la energía geotérmica

                          La piscina de aguas calientes con temperaturas circundantes bajo cero

Después de esta visita y de regreso al San Pedro, el bus pasa por una pequeña comunidad conocida con el Pueblo de Machuca. En el trayecto se puede observar la flora y fauna del sitio, en especial las vicuñas y llamas que se crían de manera salvaje. En la actualidad el pueblo cuenta con apenas 10 habitantes que sobreviven de turismo y de la cría de las llamas, además ofrecen servicio de alojamiento a turistas y andinistas.

                                            Grupo de llamas en la planicie andina

                                                     Muchos mas turistas que habitantes

                         La iglesia del pueblo que conserva unas lindas campanas antiguas

                                                 Vista del pueblo desde la iglesia

En la tarde y luego de almorzar nos fuimos a conocer otro de los iconos del lugar, la Laguna Cejas o Cejar. Esta es una de las tantas lagunas que se forman en las faldas de las montañas del lugar y que por efecto del arrastre de las sales del suelo, se transforman en lagunas saladas con una altísima concentración de sal. Esta ubicada en el Salar de Atacama a 30 kilómetros de San Pedro y a 2.300 msnm. y llega a tener mas de 40 metros de profundidad. Esta es una laguna a prueba de personas que no saben nadar, allí no es posible ahogarse ni queriendo, el efecto de flotación que se genera por la alta densidad del agua, hace que las personas floten literalmente como corchos. Aquí y a pesar del frió me atreví a darme un baño para vivir la experiencia de flotación total que tienen estas aguas de un color único, veanlo Uds.

                                                              Vista de la Laguna Cejar

                                                       Flotando como corcho y .............

                                            Asoleandome para no morir de frió

Luego de este extraño y divertido baño, nos fuimos a ver el atardecer en la Laguna Tebenquiche que en  meses de junio y julio se seca por la evaporación del agua y se transforma en un inmenso salar.

                     Elito y yo con la Laguna Tebenquiche y las montañas de fondo

                                      Una inseparable amiga que también flota, mi sombra

                                                           La magnifica puesta del sol


Llegamos al hotel a las 8 de la noche, cansados de tanto trajinar solo alcanzamos a comernos unas sopas de pote, esas que se le agrega solo agua caliente y ya, ordenamos un poco las cosas por que mañana retomamos el viaje con intensión de llegar hasta Antofagasta. Eso depende de si podemos hacer la visita a la mina Chuquicamata si los vientos lo permiten. Vallan a dormir, yo no aguanto más.




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