Hoy estamos en Florianópolis en nuestro 8vo día del recorrido en la 4ta etapa del viaje. Llegamos ayer con la moto de Elito en grúa debido a un problema de encendido.
Hoy a pesar de tener día franco para hacer la visita a la ciudad, nos levantamos temprano para ir al taller a ver que han hecho por la moto. Desayunamos temprano y como dicen aquí, "pegamos un taxi" y nos fuimos al taller. Sorpresa, al llegar la moto esta encendida y estaban haciendo algunas pruebas en el sistema eléctrico. El mecánico nos indico que el nivel de carga era bajo a pesar de el rectificador de corriente estaba bien. Cambiaron la batería y todo quedo en orden, ahora la moto cargaba bien y la falla estaba resuelta. Como no nos llevamos los cascos, no pudimos regresar en la moto, "pegamos otro taxi" y al hotel. Nos vinimos de inmediato en mi moto y recogimos la moto de Elito y dejamos ambas en el hotel.
Un injerto en carro y moto. No es ni el uno no el otro
Ya por la hora era imposible tomar alguno de los citi tour por lo que decidimos hacer el paseo solos. Con mapa en mano nos fuimos a recorrer algunos lugares del centro, la Plaza 15 de noviembre y la Higuera Centenaria, aqui quiero detenerme un rato, la higuera es un árbol espectacular, impresionante, y cualquier otro superlativo que le quieran poner. Imaginense un árbol de casi 300 años con vida y vibrante. Hay que estar aqui para sentirlo y vivirlo, lamento no tener la capacidad para comunicarles lo que se siente al verlo. También visitamos la Catedral Metropolitana, el Museo Histórico de Santa Catarina y Palacio Cruz y Souza, el Teatro Alvaro de Carvalho y otros lugares de interés turístico. Terminamos nuestro recorrido en el Mercado Publico Municipal, aqui comimos las típicas ostras de la zona y otras delicias de la cocina catarinense, mejor ni les cuento, esto es para vivirlo y por su puesto degustarlo.
En una de las calles del centro de Florianópolis
La higuera centenaria, es difícil poder captar en una fotografía la realidad que se vive allí
En 1976 cumplió 250 años y es un símbolo de vida y de la ciudad
Fachada de la Catedral de Florianópolis
Por si no ven el color de la pesuña allí esta la etiqueta
De allí nos fuimos a descansar unos minutos para luego salir a dar una vuelta larga por la isla comenzando por la visita al Morro de la Cruz y de allí seguir a las playas y terminar en La Ribeirao da Ilha, un pequeño y pintoresco pueblo de Florianópolis donde se cultivan y venden las ostras y otras conchas como mejillones y vieras, la idea era cenar algo aqui y dar por terminado nuestro recorrido por Florianópolis. A las tres de la tarde salimos del hotel con ruta al Morro de la Cruz, habíamos recorrido unos 3 kilómetros cuando por radio escucho "Houston tenemos un problema", era Elito diciendome que la moto se había apagado. Revisamos y encontramos un fusible quemado, supuestamente el mismo que nos dio problemas ayer y que por arte de magia Elito no vio dañado. Cambiamos el fusible y la moto prendió y nos dirigimos nuevamente al taller, suspendiendo el paseo. Antes de llegar al taller se apago la moto por segunda vez, ya prácticos en el asunto solo pusimos un nuevo fusible y al taller. Desarmaron casi todo el carenado de la moto para revisar el sistema eléctrico completo. Se nos hicieron las 6 de la tarde y no habían encontrado la razón del porque se quemaban los fusibles.
La moto de Elito en pelotas, casi sin nada
Vista hacia el sur de la Isla
No nos quedo mas que regresar al hotel y hacer planes para quedarnos mañana por lo menos hasta el mediodía, eso pensando que mañana en la mañana la moto estará lista. Eso después de subir al Cerro de la Cruz en mi moto. En la noche decidimos "pegar un bus" e irnos a conocer el restaurante Ostradamus en el Ribeirao da Ilha, un viaje de unos 45 minutos de ida y otros 45 de vuelta que solo nos costo 12 Reales, algo así como 8 Dolares. Les cuento que valió la pena el viaje y la visita, lastima que fue ya de noche y nos pudimos ver en detalle el pueblo.
Son las 11 de la noche en la afueras del Ostradamus.
Ahora a descansar. Amanecerá y veremos que nos depara el nuevo día. Les cuento.
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