Como no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, se acabo nuestro martirio con la moto de Elito y hoy retomamos el viaje. No es que nos queramos ir, la verdad que esta demasiado bello, pero así es la vida.
Hoy nos levantamos un poco mas temprano con la idea de salir una hora antes, es decir a las 8 para hacer los 650 kilómetros hasta Guarapuava, población escogida para pernoctar hoy. La ruta de salida ya era mas que conocida, la hicimos todos los días, es la misma para ir al taller de Suzuki, así que la hicimos raudos y sin contratiempos. Tomamos la BR 101, luego la BR 376 y por ultimo la BR 277. Apenas salimos de Floripa comenzó a llover y eso siempre complica el manejo, mas en una carretera que si bien tiene 2 carriles por lado y con isla al centro, va repleta de carros y lo peor, de camiones en algunos casos hasta de 32 metros de largo. La pujanza de la economía del Brasil se siente en sus carreteras, llenas de camiones transportando la diversidad de su producción, granos, equipos, químicos, combustibles, en fin de todo.
En uno de los tantos ríos que cruzan las carreteras para desembocar en el océano Atlántico
Los protagonistas de la historia
Hicimos algunas paradas, dos para llenar combustible y una para comer algo y consultar los mapas. En una de las paradas ya bastante cerca de Guarapuava, llego un comvoy militar de tres camiones con plataformas llevando unos carros blindados. Aprovechamos para tomarnos unas fotos.
Con el convoy militar como fondo
De seguro en otro país nos quitan las cámaras y nos hacen borrar las fotos, aquí "Tudo Bem"
Salimos de nuestra última parada ya para hacer los últimos 100 kilómetros e iniciamos unas subidas suaves pero permanentes. El clima que no estuvo muy caliente hoy debido a la lluvia de la mañana, comenzo a refrescar más en la medida que ascendíamos. Vimos un bonito parador en donde los camioneros deben descansar obligatoriamente cada cierto tiempo de conducción y nos detuvimos a tomar unas fotografías. El paisaje en Brasil es vibrante, un color verde vida, así lo llamo yo, la tierra trabajada en todas partes, muy pocos terrenos cercados y sin uso como vimos en en otros países.
La tierra productiva pero con áreas de bosques y refugio animal
Una bonita loma al fondo del valle
Un policía en área de descanso. Casualmente resulto que trabajo en Roraima y conoció algunos lugares de Venezuela.
Llegamos a Guarapuava como a las 4 y 30 de la tarde, habíamos recorrido 656 kilómetros en 8 horas y media. Nos sorprendió la ciudad, pensábamos que era una población en medio del campo y resulto ser una ciudad pequeña pero bien organizada y en especial muy limpia. Como siempre ubicamos el hotel cerca de la plaza central y después de un baño salimos a almorzar cosa que no habíamos hecho aun.
Una de las tantas araucarias sembradas por todas partes
La plaza central desde el hotel
Otra araucaria, esta en la plaza central. Me encantan estos arboles
Bonita plaza con la iglesia al fondo
Otra araucaria de la plaza
La iglesia de Guarapuava
De nuevo los protagonistas de la historia.
Otro día que se va con la esperanza de que mañana será mejor. Eso es lo que mueve al mundo la esperanza de la mejora constante y sobre todo la Fe. Estamos a 5 horas de Iguazu, falta poco, mientras tanto, comanse algo. Chau.
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