Ayer cene con
Patricia y Luis, los nuevos amigos de
las vías por la vida que conocí en Buga, les quedo muy agradecido por su ayuda. La cena muy
chévere y la conversa mejor. Que interesante como la afinidad a una actividad
como es el andar viajando en moto puede generar este sentido de apoyo, solidaridad y de grupo entre gente que no se
conoce, basta que andes en moto con la pinta de viajero y siempre habrá quien
se acerque a darte una mano. Ojala fuera así entre todos, a veces no lo hacemos
ni con nuestros vecinos de años.
Debido a que
me acosté tarde ya no me dedique a escribir y hoy salí de Buga a las 7,30 por
lo que sigo atrasado con el blog. Apenas se sale de Buga se empalma con la
Panamericana Norte o ruta 25 Norte que en esta zona es de dos carriles por lado.
Vía rápida con mucho tráfico y con cruce de trenes cañeros, realmente no son
trenes, son camiones con muchos cajones que simulan ser vagones de tren, de
allí el nombre, hay que andar con cuidado cuando se cruzan o al momento de
adelantarlos, son extra largos. Hora y 15 minutos y 90 kilómetros de recorrido,
ya se nota que se anda más rápido. Parada para desayunar y seguir ruta a
Cartago.
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Con mi santo preferido, sancocho de gallina de desayuno. |
El viaje transcurre rápido, Tuluá, Andalucía, Buga
La Grande, Zarzal, Cartago hasta llegar a Pereira. Por cierto en el cruce de
Zarzal esta la salida hacia Roldanillo, espectacular sitio de vuelo de
parapente en el Valle del Cauca. Yo no he volado allí, pero espero hacerlo
pronto. Un saludo a mis amigos del Parapente que vienen ahora en enero a una de
las tantas competencias que se desarrollan en Roldanillo. Suerte.
Ya en Pereira, recordé lo que escribí sobre el
pararme o no, que solo es viaje de
transición y no sé qué más. Y también recordé sobre lo que siempre digo, que la
felicidad no es el destino, es el camino que transcurre mientras vas en
dirección al objetivo. Pare un rato, pregunte y revise el mapa para ver como
cambiar el camino y lograr sentirme mejor con esta transición. Decidí ir a conocer Marsella, no en Francia,
aquí mismo en Colombia. Resulto ser una vuelta que me sacó de Pereira y de allí
por un cruce hasta retomar la vía principal sin pasar por Manizales. Un poco
mas de recorrido?. De eso no estoy seguro. De más tiempo? Sí,
pero me gusto y sarna con gusto no pica. Los caminos vecinales son una caja de
sorpresa en todos lados. Como todos los pueblos de montaña Marsella resulto ser
un lugar precioso, una plaza central adornada por navidad, casas coloniales
bien mantenidas, calles limpias y gente amable. Los paisajes para llegar a
Marsella espectaculares, montañas llenas de cafetales y más cafetales, casas
por doquier y el frio sabrosito para viajar con ropa de motero. Pase un buen
rato en Marsella y seguí el viaje. El camino me tenía preparado dos sorpresas,
la primera un ruido en la moto que me hizo pensar en problemas con la
transmisión que al final resulto ser un radio o rayo suelto, menos mal que no daño la caja del cardan, hubiera sido un gran problema. El segundo un
regalo de la vida para los ojos. Aquí los Guayacanes florecen antes que en
Ecuador. Eran algunos guayacanes dispersos, pero sirvió para recordar el espectáculo
que se da en Zapotillo provincia de Loja de Ecuador donde más de 40 mil
hectáreas de guayacanes florecen a la vez en los primeros días de enero, un
espectáculo que hay que ver y uno de mis pendientes. Solo vean estas imágenes: https://www.google.com.co/search?q=florecimiento+guayacanes+zapotillo&rlz=1C2QJDB_enEC601EC601&biw=1024&bih=537&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=W0ePVOLtOMaqggSFlIDADA&ved=0CBoQsAQ
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Algunas fotos de Marsella, pero en Colombia |
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Se aflojo la tuerca y se soltó el radio, me quede sin música. |
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No es Zapotillo, pero verlo fue un regalo |
Terminada la vuelta por
Francia, perdón, por Marsella Colombia, puse dirección a Medellín sin más
demora. Salí por Chinchiná y retome la vía principal hacia La Pintada, punto de
inicio del ascenso a Medellín. Parada rápida para comer algo y poner combustible
en La pintada y de largo por Santa Barbará y Caldas para llegar a Medellín
donde me estaría esperando a la entrada mi amigo Carlos Medina quien me está
siguiendo por la pagina del Spot.
Al final del día fueron 390
kilómetros de recorrido en carreteras muy buenas en donde se puede ir rápido, a
veces sin darnos cuenta muy rápido. Comentario a parte, por lo general cada 30
o 40 kilómetros hay un puesto policial o militar, estos efectivos están allí
para dar seguridad, rara vez detienen a los conductores, cuando los vean
salúdenlos con efusividad, les gusta, se sienten tomados en cuenta. Al
principio lo hacía con algo de timidez, pero luego me di cuenta que al
saludarlos tocando bocina y con señas me respondían con alegría. Ellos son los
que hacen posible que Colombia sea de los colombianos. Pero por favor bajen la
velocidad al pasar por los retenes, norma básica de seguridad.
Recomendaciones para los que
pueden ajustar la suspensión de la moto, póngala rígida hasta donde se sientan
cómodos, hay muchos saltos. Y los que puedes ajustar el desempeño del motor, en
las subidas con las de El Bordo o la de Medellín, ponga el selector en sport o
deportivo, esa entrega de potencia adicional que da el motor les va a ser muy
útil al pasar los camiones en tramos muy cortos.
Ya llego a Medellín, chau.
Nos vemos luego.
Bueno, el asunto es que el
día no termina aun. Apenas llegue a Medellín Carlos me hizo saber sobre una salida en moto de noche. Un grupo de moteros y de cuadrones organizan todos los años
una salida nocturna más o menos por esta fecha para festejar los alumbrados que
colocan las diferentes municipalidades por la navidad. Mi amigo Carlos con su
novia Lulú salieron en un cuadrón, yo Salí en la Peorra, el scooter de Carlos.
El paseo estuvo del frutas, mucha gente en motos de todo tipo y cuadrones de
todos los tamaños. Al final el paseo termina en un baño de espuma similar a los
carnavales en Quito. Les dejo unas fotos.
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